Visual thinking: cómo aplicarlo a una empresa
Los seres humanos utilizan todos sus sentidos para reconocer el mundo que les rodea, partiendo desde la vista como mecanismo innato para la comprensión del entorno. Esta es una realidad que se destaca desde muy pequeños y que, a través de una técnica llamada visual thinking, se puede reforzar.
Desde tiempos remotos, el hombre se ha valido de figuras para contar historias, expresar ideas y solucionar problemas de la cotidianidad. Esta es la esencia de lo que hoy se conoce como pensamiento visual o Visual Thinking, que consiste en tejer pensamientos mediante dibujos sencillos para definir metas, identificar inconvenientes, hallar soluciones y crear nuevos planteamientos.
De acuerdo con la experiencia, esta estrategia es efectiva en un 80%, porque el cerebro humano está diseñado para procesar con mayor facilidad las imágenes. Pero ¿cuál es la razón que explica este fenómeno? Procesar dibujos en la mente implica menos esfuerzos que leer un texto completo.
De esta manera, el hecho de tener frente a los ojos unos dibujos ayudará a extender considerablemente las capacidades de síntesis y entendimiento. Asimismo, permitirá que el poder de exposición sea más sencillo, en especial, cuando las palabras no son suficientes para que se entienda con claridad un mensaje.
Indudablemente, se convierte en un recurso imprescindible en los procesos empresariales de creación de conceptos, campañas, estrategias y cualquier otra actividad que involucre a varias personas, haciendo que se desencadenen encuentros compartidos de pensamientos, diálogos, debates, diseño y acción.
Objetivos del Visual Thinking
Básicamente, esta herramienta, que fue impulsada por el filósofo alemán Rudolf Arnheim, cumple con cinco metas fundamentales:
- Comunicar con eficiencia.
- Representar datos para un buen análisis.
- Evitar la pérdida de información.
- Crear acuerdos.
- Mejorar las decisiones.
Y ¿qué pasa si alguien no sabe dibujar a la perfección? El acto de pintar no debe limitarse a un talento artístico. Lo importante es empezar a hacer líneas, figuras geométricas o trazos que ayuden a plasmar una intención. Poco a poco, esto irá mejorando con la práctica.
Las empresas necesitan aplicar tácticas para alcanzar mejores niveles de productividad. Por esta razón, el visual thinking se convierte en una excelente opción para optimizar el desempeño grupal e individual del equipo de trabajo.